1.- PEÑA NIETO PRESIDENTE
POR: ALVARO CUEVA
Hay un fenómeno que no me deja de llamar la atención: la manera como muchas personas dan por hecho que Enrique Peña Nieto va a ser nuestro próximo presidente de la República.
Seguramente usted lo ha escuchado en alguna reunión, lo ha visto entre amigos o lo ha leído en los medios de comunicación.
Hablar de Enrique Peña Nieto es hablar del ganador de las elecciones presidenciales de 2012 y, hablar de la actriz Angélica Rivera, su novia, es hablar de la futura primera dama de nuestro país.
Todo el mundo da por hecho esto de una manera tan natural, sin la más mínima polémica, como si se tratara de una transición hermosa, lógica, que hasta da miedo. ¿A poco no?
¿Por qué le digo que este fenómeno me llama la atención?
Primero, porque es un atentado contra la democracia. Es negarle la posibilidad a cualquier otra persona, hombre o mujer, de llegar a Los Pinos en 2012.
Es decirle a México: ¿Sabes qué? Votes por quien votes, el que va a ganar es éste, así que ni pierdas el tiempo buscando opciones, escuchando propuestas o yendo a la urnas. No votes.
Segundo, porque, normalmente, cuando se habla de sucesión presidencial, hay pleito. Nunca falta alguien que se enoja, que propone otro nombre o que está en otro partido.
Con Enrique esto no sucede. A nadie le cae mal, nadie le busca defectos y nadie se siente ofendido porque pertenezca al Partido Revolucionario Institucional.
Tercero, porque hablar con tanta anticipación de un gran ganador de las próximas elecciones evidencia el vacío de autoridad en el que vivimos.
Es un gran insulto para Felipe Calderón, porque el señor no lleva ni media administración al frente de nuestra nación y la opinión pública ya lo está borrando del mapa.
¿O qué, a usted se le hace casualidad que uno de los grandes temas del momento sea lo que pasaría si muriera el presidente de la República?
¿A usted no se le quiere caer el pelo ante todo este cuento de que México necesita con urgencia un vicepresidente?
Y la opinión pública no sólo está borrando del mapa a Felipe Calderón como si fantaseara con su destitución, lo está cambiando por Enrique Peña Nieto, un político que pertenece al partido cuyos errores fueron tan graves que pusieron a Acción Nacional en Los Pinos.
Es una verdadera agresión, un mensaje que señala: lo estás haciendo tan mal, que preferimos lo que tuvimos con más de 70 años de PRI a lo poco que hemos tenido con menos de nueve años de PAN.
Es increíble la pésima percepción que existe alrededor de nuestros últimos dos presidentes, ya que no sólo estamos hablando de dos cabezas, estamos hablando de 12 años de nuestra vida.
Doce años son muchos años como para tirarlos a la basura y fingir demencia.
Pero más increíble aún que todo esto es nuestra mala memoria. Qué rápido se nos olvidó todo lo que nos quejábamos durante las administraciones priistas.
Qué triste es que no exista ninguna otra figura de ningún otro partido que medio le haga sombra a Enrique Peña Nieto.
Es como si los partidos políticos mexicanos sólo tuvieran visión de corto plazo, como si sólo estuvieran interesados en hacer dinero hoy.
Nadie se ha preocupado por crear líderes carismáticos de aquí a tres años, ya no se diga a seis, a nueve o a 15. Nadie.
¿Quién más podría ser nuestro próximo presidente de la República si no fuera Enrique Peña Nieto? ¿Qué otra persona? ¿De qué otro partido?
Marcelo Ebrard está solo y viene arrastrando la etiqueta de ese PRD que no pudo resolver a tiempo ni sus elecciones internas.
¡Caray! Qué tan grande no será la popularidad del gobernador del Estado de México que ya hay protestas en internet de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador que se niegan a aceptar que don Enrique sea hoy más popular de lo que fue El Peje en 2003.
Qué sorprendente y sintomático el fenómeno de quienes dan por hecho que Enrique Peña Nieto va a ser nuestro próximo presidente de la República, ¿verdad?
Es tan aparentemente ligero, pero al mismo tiempo suena tanto a publicidad de boca en boca, la más efectiva de todas las publicidades, que no hay manera de no detenerse a pensar:
¿Esto fue creado o es espontáneo? ¿Queremos ya a Enrique Peña Nieto en Los Pinos o nada más le estamos buscando una salida a la administración de Felipe Calderón y un castigo a los señores del PAN? ¿Qué está pasando aquí?
¡Atrévase a opinar!
BLOG.- HABRA QUE PEDIR LA OPINIÓN DE FIDELIDAD...
Seguramente usted lo ha escuchado en alguna reunión, lo ha visto entre amigos o lo ha leído en los medios de comunicación.
Hablar de Enrique Peña Nieto es hablar del ganador de las elecciones presidenciales de 2012 y, hablar de la actriz Angélica Rivera, su novia, es hablar de la futura primera dama de nuestro país.
Todo el mundo da por hecho esto de una manera tan natural, sin la más mínima polémica, como si se tratara de una transición hermosa, lógica, que hasta da miedo. ¿A poco no?
¿Por qué le digo que este fenómeno me llama la atención?
Primero, porque es un atentado contra la democracia. Es negarle la posibilidad a cualquier otra persona, hombre o mujer, de llegar a Los Pinos en 2012.
Es decirle a México: ¿Sabes qué? Votes por quien votes, el que va a ganar es éste, así que ni pierdas el tiempo buscando opciones, escuchando propuestas o yendo a la urnas. No votes.
Segundo, porque, normalmente, cuando se habla de sucesión presidencial, hay pleito. Nunca falta alguien que se enoja, que propone otro nombre o que está en otro partido.
Con Enrique esto no sucede. A nadie le cae mal, nadie le busca defectos y nadie se siente ofendido porque pertenezca al Partido Revolucionario Institucional.
Tercero, porque hablar con tanta anticipación de un gran ganador de las próximas elecciones evidencia el vacío de autoridad en el que vivimos.
Es un gran insulto para Felipe Calderón, porque el señor no lleva ni media administración al frente de nuestra nación y la opinión pública ya lo está borrando del mapa.
¿O qué, a usted se le hace casualidad que uno de los grandes temas del momento sea lo que pasaría si muriera el presidente de la República?
¿A usted no se le quiere caer el pelo ante todo este cuento de que México necesita con urgencia un vicepresidente?
Y la opinión pública no sólo está borrando del mapa a Felipe Calderón como si fantaseara con su destitución, lo está cambiando por Enrique Peña Nieto, un político que pertenece al partido cuyos errores fueron tan graves que pusieron a Acción Nacional en Los Pinos.
Es una verdadera agresión, un mensaje que señala: lo estás haciendo tan mal, que preferimos lo que tuvimos con más de 70 años de PRI a lo poco que hemos tenido con menos de nueve años de PAN.
Es increíble la pésima percepción que existe alrededor de nuestros últimos dos presidentes, ya que no sólo estamos hablando de dos cabezas, estamos hablando de 12 años de nuestra vida.
Doce años son muchos años como para tirarlos a la basura y fingir demencia.
Pero más increíble aún que todo esto es nuestra mala memoria. Qué rápido se nos olvidó todo lo que nos quejábamos durante las administraciones priistas.
Qué triste es que no exista ninguna otra figura de ningún otro partido que medio le haga sombra a Enrique Peña Nieto.
Es como si los partidos políticos mexicanos sólo tuvieran visión de corto plazo, como si sólo estuvieran interesados en hacer dinero hoy.
Nadie se ha preocupado por crear líderes carismáticos de aquí a tres años, ya no se diga a seis, a nueve o a 15. Nadie.
¿Quién más podría ser nuestro próximo presidente de la República si no fuera Enrique Peña Nieto? ¿Qué otra persona? ¿De qué otro partido?
Marcelo Ebrard está solo y viene arrastrando la etiqueta de ese PRD que no pudo resolver a tiempo ni sus elecciones internas.
¡Caray! Qué tan grande no será la popularidad del gobernador del Estado de México que ya hay protestas en internet de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador que se niegan a aceptar que don Enrique sea hoy más popular de lo que fue El Peje en 2003.
Qué sorprendente y sintomático el fenómeno de quienes dan por hecho que Enrique Peña Nieto va a ser nuestro próximo presidente de la República, ¿verdad?
Es tan aparentemente ligero, pero al mismo tiempo suena tanto a publicidad de boca en boca, la más efectiva de todas las publicidades, que no hay manera de no detenerse a pensar:
¿Esto fue creado o es espontáneo? ¿Queremos ya a Enrique Peña Nieto en Los Pinos o nada más le estamos buscando una salida a la administración de Felipe Calderón y un castigo a los señores del PAN? ¿Qué está pasando aquí?
¡Atrévase a opinar!
BLOG.- HABRA QUE PEDIR LA OPINIÓN DE FIDELIDAD...
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