jueves, 4 de enero de 2007
1.- LYDIA CACHO Y LA DIFAMACION POR PERIODISTAS.
1.- LYDIA CACHO Y LA DIFAMACION POR PERIODISTAS.- Todos los diarios y noticieros del país dieron cuenta puntual de la noticia: LYDIA CACHO ha sido exonerada de los cargos de difamación que en su contra había dirigido el rico empresario KAMEL NACIF el llamado Rey de la Mezclilla por señalarlo como pederasta en su libro Los Demonios del Edén, y que también fueron parte de todo el show donde salió más que raspado el Gober precioso de Puebla MARIO MARÍN. Así mismo la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha señalado que el 2006 ha sido un año negro para los periodistas quienes han sido blanco de ataques con desapariciones y asesinatos. Nadie puede negar que el trabajo periodístico decente, honorable y donde prevalezca LA VERDAD absoluta (no las verdades a medias o de dudosas interpretaciones) son de gran valor para la sociedad misma y quién promulgue ese tipo de quehacer periodístico con libertad y responsabilidad merecen todo nuestro respeto y tal pareciera ser el caso de LYDIA CACHO. El problema reside en que no todos los periodistas son honorables ni hermanitas de la caridad y más de uno gozan de una pésima reputación y de una vida nada ejemplar casi al igual o peor de los que regularmente les gusta hablar o señalar. La diferencia estriba en que los periodistas tienen la pluma (o computadora) y el medio para ello y el ciudadano común, el empresario o el político no. Por supuesto que existe difamación, rencor, línea, egoísmo, envidia, mala leche, calumnias, agresividad insana, y muchas cosas mas en muchos periodistas quienes en no pocas ocasiones ven solo su interés personal o la perversidad y no el interés social como supuestamente tratan de aparentar, y esto existe en los medios a todos los niveles, si no que le pregunten a LÓPEZ OBRADOR como se la hicieron. Una gran cantidad de periodistas a todos los niveles se sienten omnipotentes y hasta piden crear una comisión especial para los crímenes contra los periodistas, pero si esto podría ser posible, también lo debería ser una comisión especial que vigile y sancione los innumerables casos donde a veces hasta con saña y con gran tranquilidad arremeten impunemente contra la moral, la dignidad y la honorabilidad de una persona. Y de esto hay miles de casos en todo el mundo, nadie se salva, ahí esta el ejemplo de los artistas o famosos quienes permanentemente son asediados e infinidad de veces calumniados por los que se creen poseedores de la verdad absoluta como el imbécil de DANIEL BISOÑO, y por supuesto que los políticos también son presa fácil de los “salvadores del mundo” y a quienes en no pocas ocasiones tratan de chantajear y tienen que entrarle al famoso CHAYOTE. La mayoría de veces no es cuestión de moral por lo que el periodista ataca a alguien, más bien juega a ser el dios y a quien se le debe respetar y rendir pleitesía así sea UN PELAGATOS con todo lo inmoral y perversiones en su trayectoria personal, profesional y familiar (te hablan CHANTAJE DEL SURESTE). Este no es un ataque al periodista decente y honorable sino al otro periodista. La sociedad debe exigir que de la misma manera que los medios piden libertad de expresión y que se les proteja de agresiones indebidas –que siendo bien fundamentadas les asiste la razón, aunque no en todos los casos lo es y lo sabemos—así mismo los medios y el gobierno –a quienes ellos mismo le exigen incluyendo a la CNDH—también deben ser garantes de proteger a las personas a no ser atacados injusta e impunemente por los mercenarios de los medios. Una cosa es informar con libertad y otra muy distinta lo es el difamar o calumniar. La difamación y la calumnia no deben desaparecer como delitos, sino todo lo contrario deben ampliarse las penas y la reparación del daño moral, con esto seguramente se podría también evitar o abatir muchas agresiones a periodistas. La cosa debe ser pareja.
Comentarios: altonivelmina@hotmail.com
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